Navidades, cumpleaños...
... Fiestas que se han convertido en un derroche excesivo, derroche que no deja entrever el valor de las cosas, su fondo.
por Silvia Pascual, AnimaNaturalis.org
No son pocos los niños que piden tener un animal en casa. La mayoría de ellos muestra una fuerte atracción natural por los animales desde muy temprana edad, e instintivamente tienden a querer interactuar socialmente con ellos. Para los padres, el hecho de tener un animal en casa, implica que los niños conozcan la responsabilidad y la vida en cada dimensión:
Crecimiento, reproducción, enfermedad, muerte, y los cuidados del día a día:
Crecimiento, reproducción, enfermedad, muerte, y los cuidados del día a día:
Atenciones veterinarias, cuidado de la higiene, alimentación, necesidad de afecto y compañía...
Un recuerdo inolvidable siempre será la llegada de un animal a una casa, pero la fecha de llegada no es aconsejable que sea una determinada por el calendario: un animal no puede estar en el lote navideño del CD, el juego de turno y la corbata.
Un animal es un ser vivo, no un objeto a empaquetar con lacito y celofán: es necesario enseñar a las nuevas generaciones a valorar una vida como tal, por lo que tiene de especial y única, sea la especie que sea.
En los momentos previos a la adopción, se habrá de tener en cuenta horarios familiares, quienes serán los responsables del animal y las tareas que habrán de desempeñar, y situaciones especiales en las que algún familiar o amigo o canguro ocasional tendrá que cuidarle. Es una decisión en la que debería implicarse toda la familia que convivirá con él, ya que entendemos que es un miembro que formará parte de nuestro núcleo doméstico por un período medio de 15 años y es importante que todos conozcan las circunstancias del animal y lo acepten como es.
Aconsejamos la adopción del animal adulto, especialmente si en la casa hay niños pequeños. En el caso de los gatos, si se trata de un animal adulto, ya está definido su carácter:
Sabremos si juega con uñas, si huye de los niños, si es faldero, más o menos cariñoso, si tolera
a otros animales ... Además, si proviene de una entidad proteccionista como la nuestra, será un gato/a que ya habrá sido esterilizado, ya que así nos evitaremos los problemas de posibles comportamientos problemáticos que derivan de períodos de celo y marcaje.

A tener muy en cuenta que un animal, por muy juguetón y sociable que sea, como ser vivo que es, necesita unos momentos de descanso, que no siempre coinciden con los nuestros: nos hemos de adaptar a sus necesidades vitales y educar a los niños en tolerancia y respeto hacia ellos.
Es cierto que la adopción significa responsabilidad y ciertas tareas básicas hacia el animal. No obstante es mucho más lo que aporta: Está científicamente respaldado el beneficio que cuidar un animal le comporta a un niño. Según voces expertas, la relación con los animales estimula en los niños actitudes y comportamientos compasivos, a la vez que les brinda seguridad, bienestar y un cauce para canalizar la afectividad. Además, fomenta un mayor respeto y sensibilidad por otros animales y por el mundo de la Naturaleza en general.
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